Allegro ma non troppo by Carlo M. Cipolla

Allegro ma non troppo by Carlo M. Cipolla

autor:Carlo M. Cipolla [Cipolla, Carlo M.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1988-01-01T05:00:00+00:00


Comentando este crecimiento demográfico y además los correspondientes movimientos de colonización, un famoso profesor anglorruso escribía hace algunos años:

Mientras el movimiento de colonización avanzó con la ocupación de nuevas tierras, las cosechas de estas tierras vírgenes alentaron la creación de nuevas familias y la formación de nuevos asentamientos humanos. Con el paso del tiempo, sin embargo, el carácter marginal de las nuevas tierras no dejó de manifestarse. A las grandes cosechas les sucedieron largos periodos de ajuste de cuentas, en los cuales las tierras depauperadas, y que ya no eran nuevas, parecían querer castigar a quienes las habían puesto en cultivo. No es aventurado interpretar la decadencia de la producción agrícola como un castigo natural por un cultivo anterior excesivo.

Que los europeos merecían una especie de «castigo» por toda la pimienta que habían consumido entre el año 1000 y el 1300 d. C., está fuera de toda discusión.

Puesto que la pimienta se vendía sobre todo en los mercados urbanos, la gente invadía las ciudades y, dado que los tiempos eran aún inseguros, se apiñaba en los espacios bastante reducidos que había dentro de las murallas. Hacia 1340, París, Córdoba, Venecia y Florencia contaban con unos 100 000 habitantes; Bolonia, Roma, Milán, Londres, Colonia, Gante, Brujas y Smolensko probablemente tenían unos 50 000. Muchas otras ciudades contaban entre 10 000 y 20 000 habitantes. Si lo juzgamos con nuestros parámetros modernos, no se trata de grandes cifras. Pero si examinamos las cosas teniendo en cuenta los niveles de higiene, sanidad y conocimientos médicos de la época, nos daremos cuenta enseguida de que alrededor de 1340 la situación se había vuelto explosiva. Y de hecho explotó.

En Asia, la peste es de naturaleza endémica, y la peste que asoló Europa entre 1347 y 1351 fue sin duda de origen asiático. Procedente de Oriente, la peste apareció en Sicilia y en el Sur de Francia hacia finales de 1347. En junio de 1348, había llegado a Venecia, Milán, Lyon, Burdeos, Toulouse y Zaragoza. En diciembre de 1348, había alcanzado Muhldorf, Calais, Southampton y Bristol. A finales de 1349, Escocia, Dinamarca y Noruega. No tenemos desgraciadamente un censo fiable de la población de ratas, y sus correspondientes pulgas, en Europa, entre 1347 y 1351. Sabemos, no obstante, que los acueductos romanos no se habían puesto en servicio desde la caída del Imperio, y que los habitantes de la Europa medieval rara vez tomaban un baño. En las ciudades medievales la mayoría de la gente vivía en condiciones de mugre y de miseria. Aunque no podemos proporcionar cifras exactas al respecto, podemos afirmar que en 1347 había en Europa occidental muchas más ratas y pulgas de lo que generalmente se cree.

Pero la gente de entonces no sabía que había muchas más ratas y pulgas de lo que generalmente se cree. No sabía ni siquiera que el proceso de la infección era del tipo rata → pulga → hombre. El caso es que, en el plazo de dos años, aproximadamente un tercio de la población europea desapareció, y de un modo no precisamente agradable.



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